Como hemos visto, las órdenes que nosotros hemos escrito (lo que se conoce como "programa fuente") deben convertirse a lo que el ordenador comprende (obteniendo un "programa ejecutable").
Si elegimos un lenguaje de bajo nivel, como el ensamblador (en inglés Assembly, abreviado como Asm), la traducción es sencilla, y de hacer esa traducción se encargan unas herramientas llamadas ensambladores (en inglés Assembler).
Cuando el lenguaje que hemos empleado es de alto nivel, la traducción es más complicada, y a veces implicará también recopilar varios fuentes distintos o incluir posibilidades que se encuen¬tran en otras bibliotecas que no hemos preparado nosotros. Las herramientas encargadas de realizar todo esto son los compiladores.
El programa ejecutable obtenido con el compilador o el ensamblador se podría hacer funcionar en otro ordenador similar al que habíamos utilizado para crearlo, sin necesidad de que ese otro ordenador tenga instalado el compilador o el ensamblador.
Por ejemplo, en el caso de Windows (y de MsDos), y del programa que nos saluda en lenguaje Pascal, tendríamos un fichero fuente llamado SALUDO.PAS. Este fichero no serviría de nada en un ordenador que no tuviera un compilador de Pascal. En cambio, después de compilarlo obtendríamos un fichero SALUDO.EXE, capaz de funcionar en cualquier otro ordenador que tuviera el mismo sistema operativo, aunque dicho ordenador no tenga un compilador de Pascal instalado. Eso sí, no funcionaría en otro ordenador que tuviera un sistema operativo distinto (por ejemplo, Linux o Mac OS X).
Un intérprete es una herramienta parecida a un compilador, con la diferencia de que en los intérpretes no se crea ningún "programa ejecutable" capaz de funcionar "por sí solo", de modo que si queremos distribuir nuestro programa a alguien, deberemos entregarle el programa fuente y también el intérprete que es capaz de entenderlo, o no le servirá de nada. Cuando ponemos el programa en funcionamiento, el intérprete se encarga de convertir el programa que hemos escrito en lenguaje de alto nivel a su equivalente en código máquina, orden por orden, justo en el momento en que hay que procesar cada una de las órdenes.
Los intérpretes siguen siendo muy frecuentes hoy en día. Por ejemplo, en un servidor web es habitual crear programas usando lenguajes como PHP, ASP o Python, y que estos programas no se conviertan a un ejecutable, sino que sean analizados y puestos en funcionamiento en el momento en el que se solicita la correspondiente página web.
Actualmente existe una alternativa más, algo que parece intermedio entre un compilador y un intérprete. Existen lenguajes que no se compilan a un ejecutable para un ordenador concreto, sino a un ejecutable "genérico", que es capaz de funcionar en distintos tipos de ordenadores, a condición de que en ese ordenador exista una "máquina virtual" capaz de entender esos ejecutables genéricos. Esta es la idea que se aplica en Java: los fuentes son ficheros de texto, con extensión ".java", que se compilan a ficheros ".class". Estos ficheros ".class" se podrían llevar a cualquier ordenador que tenga instalada una "máquina virtual Java" (las hay para la mayoría de sistemas operativos).
Esta misma idea se sigue en el lenguaje C#, que se apoya en una máquina virtual llamada "Dot Net Framework" (algo así como "plataforma punto net"): los programas que creemos con herramientas como Visual Studio serán unos ejecutables que funcionarán en cualquier ordenador que tenga instalada dicha "plataforma .Net", algo que suele ocurrir en las versiones recientes de Windows y que se puede conseguir de forma un poco más artesanal en plataformas Linux y Mac, gracias a un "clon" de la "plataforma .Net" que es de libre distribución, conocido como "proyecto Mono".
Ejercicios propuestos